Una mujer me ha envenenado el alma,
otra mujer me ha envenenado el cuerpo;
ninguna de las dos vino a buscarme,
yo de ninguna de las dos me quejo.
Como el mundo es redondo,
el mundo rueda.
Si mañana,
rodando, este veneno
envenena a su vez,
¿por qué acusarme?
¿Puedo dar más de lo que
a mí me dieron?
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