Miradlo qué arrogante se avanza a la trinchera,
con paso redoblado al ruido de tambor,
miradlo cómo avanza flameando la bandera,
el iris de Colombia, el manto tricolor.
Miradlo, qué sereno, su paso no detiene,
ni el ¡ay! del moribundo, ni el trueno del cañón!
Su paso es firme y fuerte, ya no hay quien lo refrene,
es ímpetu sagrado de heroico corazón!
"Soldados", grita y muestra del Bárbula la mesa,
tomar esas trincheras o alegres perecer;
la Patria nos lo manda, yo marcho a la cabeza,
la Patria nos lo ordena, cumplamos un deber.
Si el Ser Supremo quiere que acabe aquí mi vida,
gozoso por mi patria, risueño le daré;
pero antes, la bandera que llevo suspendida
del Bárbula en la mesa, glorioso clavaré.
Termina, y arrastrando tras sí la heroica gente
que lo acompaña alegre a coronar su intento,
acércase y la clava, pero en su altiva frente
las balas enemigas saciaron su ardimiento.
Encuentra en Amazon libros sobre la obra de Pinzón Rico:
con paso redoblado al ruido de tambor,
miradlo cómo avanza flameando la bandera,
el iris de Colombia, el manto tricolor.
Miradlo, qué sereno, su paso no detiene,
ni el ¡ay! del moribundo, ni el trueno del cañón!
Su paso es firme y fuerte, ya no hay quien lo refrene,
es ímpetu sagrado de heroico corazón!
"Soldados", grita y muestra del Bárbula la mesa,
tomar esas trincheras o alegres perecer;
la Patria nos lo manda, yo marcho a la cabeza,
la Patria nos lo ordena, cumplamos un deber.
Si el Ser Supremo quiere que acabe aquí mi vida,
gozoso por mi patria, risueño le daré;
pero antes, la bandera que llevo suspendida
del Bárbula en la mesa, glorioso clavaré.
Termina, y arrastrando tras sí la heroica gente
que lo acompaña alegre a coronar su intento,
acércase y la clava, pero en su altiva frente
las balas enemigas saciaron su ardimiento.
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