¿Será el silencio, el apacible aire
que se posa en mi frente y en la rama
sin flores y sin trinos de mi sangre?
¿Será la soledad esta distancia
que va del polvo que midió mi paso
y rueda hasta las simas de mi alma?
¿Será el olvido, sólo el ojo claro
que mira los cristales del recuerdo,
sin rostros, sin adioses y sin llanto?
Todo esto es el amor: este silencio,
mas esta soledad que me circunda,
y el olvido también, el duro sello
con que el amor su imperio perpetúa.
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