goticas de mi estirpe en mis collados,
simiente de la rosa y de la espina!
En vuestros ojos puedo ver intacto
el cielo que miré cuando era niño
para el azul y el vuelo de los pájaros.
Borradme el tiempo, de insistente hilo,
navegando hasta el mar como una lágrima,
con pañuelos, promesas y navíos.
En cambio yo estaré cada mañana
en el bosque, en los libros y en la madre
de mano con el ángel de la guarda
desatando mi voz entre los árboles.

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