Querer no es lo que tú sientes,
querer no es lo que tú piensas,
tu querer de agua tranquila
ni bulle, ni arrastra piedras.
Querer no es esa apacible
ternura que no hace huella;
querer es querer mil veces
en cada vez que se quiere.
Querer es tener la vida
repartida por igual
entre el amor que sentimos
y la plenitud de amar.
Es no dormir por las noches,
es no ver de día el sol,
es amar, sin dejar sitio
ni para el amor de Dios.
Es tener un niño preso
y envejecido en la cuna;
querer es brasa, que vive
de la propia quemadura.
Es tener el corazón
entre las manos guardado
y si Ella pasa, sentir
que se nos abren las manos.
Es no reír, porque hay algo
de lágrimas en la sonrisa,
es no comer, porque sabe
a corazón la comida.
Es no haber amanecido
sin haber explicado
cómo, sin haber dormido,
pudimos haber soñado...
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