Junio. Mil ochocientos diecinueve.
¡PISBA! Es un triste amanecer. La aurora
las altas cimas débilmente dora
donde se ve brillar eterna nieve.
Ráfaga helada los arbustos mueve;
silencio y soledad aterradora;
el HÉROE, en tanto, el horizonte explora...
Caen soldados de fatiga. Llueve.
Una sombra oscurece su pupila;
tiembla su corazón... En remolino
se alza la bruma. En su corcel vacila.
Mas de pronto surgió, cortando el cielo,
un águila... Y siguió por el camino
que iba indicando el águila en su vuelo.
¡PISBA! Es un triste amanecer. La aurora
las altas cimas débilmente dora
donde se ve brillar eterna nieve.
Ráfaga helada los arbustos mueve;
silencio y soledad aterradora;
el HÉROE, en tanto, el horizonte explora...
Caen soldados de fatiga. Llueve.
Una sombra oscurece su pupila;
tiembla su corazón... En remolino
se alza la bruma. En su corcel vacila.
Mas de pronto surgió, cortando el cielo,
un águila... Y siguió por el camino
que iba indicando el águila en su vuelo.
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