Oliendo a mar y romero,
el mozo se despidió:
-¡Palabra de marinero!-,
y en la boca la besó.
Con su traje azul marino,
se perdió por el sendero
diciendo, entre copla y vino:
-¡Palabra de marinero!-.
El pueblo iba despertando
encalado y mañanero
y dijo, burla burlando:
-¡Palabra de marinero!-
La madre, que sollozaba
ante un Cristo milagrero,
entre sus rezos mezclaba:
-¡Palabra de marinero!-
Y los niños, deshojando
en la fuente el romancero,
también dijeron cantando:
-¡Palabra de marinero!-
Sólo la novia reía
debajo del limonero,
y su boca no decía:
-¡Palabra de marinero!-
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Palabra de marinero
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