¡No importan la lluvia, la nieve ni el frío
que hace por ahí fuera!
Es como si el sol se entrara en la casa
cuando llega ella...
Le llamamos todos la Niña Alegría
porque es tan risueña,
que mil campanillas de plata, escondidas,
su linda garganta parece que tenga.
Cantando y brincanco la Niña Alegría
sube la escalera...
el invierno es frío, pero en sus mejillas
florecen las rosas de la primavera.
A todos saluda, todos le sonríen,
y todos quisieran
servirla, ayudarla, cuidarla, orgullosos
de escuchar las "¡gracias!" de su boca fresca.
¡Ay, Niña Alegría, mi linda vecina,
yo también te diera
mi corazoncito dentro de un estuche,
para que en tu pecho, feliz, lo prendieras!
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