¡Qué desolada noche! Afuera
llora la lluvia, gime el viento
y una aterida rama trémula
da golpecitos en los vidrios.
"Tictic-tictic -telegrafía,
tictic-tictic -queridos niños-,
tictic-tictic, -llegó el invierno."
Y dice bien la pobre rama:
llegó el abuelo, el blanco abuelo
que, en las veladas familiares
de los palacios y los ranchos,
junta a los chicos y los grandes
para contar viejas historias
entre las toses de la leña
y las risitas de la loza.
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