Te voy a dar un consejo
que aprendí para mi daño
un día en que me hice viejo
a causa de un desengaño.
Si quieres a tu mujer,
quiérela de tal manera
que la dejes de querer
antes que ella no te quiera;
porque con esto de amar
sucede lo que al reñir,
es necesario matar,
o es necesario morir.
El que no es tonto prefiere
siempre que de esto se trata,
al golpe de que se muere
el golpe con que se mata;
porque el que mata, lo encierran
pero lo indultan después
y al que muere lo entierran.
Aquí tienes un consejo
que aprendí para mi daño,
un día que me hice viejo
a causa de un desengaño.
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